Protestante

Protestante Católico

Lima, Perú

En la playa de Ancón, que está a cuarenta y cinco kilómetros al norte de Lima, mi tía tiene una casa. Y nos contó que un día vino un marinero, vino solo, sin sus amigos, sin barca, sin nada. Llegó a la playa agarrado a un tronco, llegó hasta la orilla nadando. Pero llegó como loco, tonto... No conocía, no sabía dónde estaba, no reconocía a su familia. Lo único que tenía en la mente eran mujeres que habían visto ellos en el mar. Decía que eran muy guapas, que ellos estaban en la barca... Han pescado normal, y han escuchado unas melodías que nunca antes habían escuchado, preciosas, suaves, una melodía muy suave. Y se han quedado sorprendidos, preguntándose de dónde venía eso. Y han visto tres mujeres en el mar. Y como que los hipnotizaron. Se quedaron encantados con lo bonitas que eran. Y la barca comenzó a moverse de un lado para otro. Y han caído estos hombres al mar, y las mujeres se han tirado encima de ellos. Y este marinero que cuenta esto se ha podido salvar porque se agarró a un tronco, y los demás hombres desaparecieron. Y, cuando él volteó, no estaban ni las mujeres ni los hombres. Y nunca más se supo del resto de los marineros.