Descripción
Tal vez al lector del presente escrito (en el caso que consiga alguno) le interese saber mi nombre. Lamento decepcionar tan pronto el pretenso intelectual. Ya no me interesan los nombres, aunque ese nombre sea el mío. Por lo pronto puede ponerme el nombre que mejor le acomode. Después de todo, soy toda la humanidad, lo cual constituye otro modo de decir que no soy nada. Soy la humanidad entera. A los efectos del presente testimonio, el nombre constituye, de por sí, un inconveniente. Cualquiera podría pensar que los pensamientos que aquí puedan aparecer son obra de mi propia consciencia, cuando en realidad pertenecen a toda mi especie; ya que somos como una especie de manada, sin libertad, sin voluntad propia, sin una idea precisa de nada que valga la pena ser sabido.
Para comentar, hay que estar registrado