Me gusta escribir

Caminaban 2 estrellas por el inmenso universo, a pocos años luz entre ellas; no puedo escribir su nombre, porque como entenderán el idioma de las estrellas es muy difícil de pronunciar, y pasarían muchos días hasta terminar de deletrear solo uno de sus nombres, en lugar de eso, las llamaremos por el color que desprendían al moverse, era su aura y lo que las diferenciaba. La más joven y pequeña, vivaz y sonriente, era azul, como el azul de metileno de los acuarios más lujosos y distinguidos. La otra estrella era de color café, como el chocolate cuando es disuelto en un poco de leche. En cierto momento de la eternidad en la que venían existiendo, pasaron muy cerca la una de la otra. A: Cuidado!; que no ves que estoy aquí?? C: Perdón, no era mi intención, pero tampoco me acerque tanto. A: Si lo hiciste, casi me lastimas C: Perdón, me atrajiste con tu campo. A: Esa no es una excusa, pudiste alejarte si querías. C: Si hubiese querido, sí. A: A que te refieres con ¿si hubiese querido? C: A nada en especial. A: Bueno, y ¿a dónde te diriges? C: A donde sea que me lleve el TIEMPO, ¿Y tú? A: Quiero llegar al centro del universo C: ¿Al centro del universo? A: Si al centro del universo, ¿es tan raro? C: Pues, no; pero donde queda el centro del universo? A: Pues en el centro C: Ok, y eso ¿es en? A: No lo se C: Mi papa me contaba muchas historias, acerca del centro del universo; decía que ahí los planetas eran diminutos, y estaban cubiertos por mucha niebla, al igual que pequeñas pelotas de humo; decía que habían unos seres como ballenas, que volaban en el espacio vacío, buscando hoyos oscuros para almorzar, porque todos saben que a las ballenas espaciales les encanta comer hoyos oscuros en el almuerzo y soles muertos en la merienda. Me contaba de una gran constelación, formada por miles y miles de estrellas, que se prendían y apagaban en una impredecible CONCIENCIA, esa constelación podía hablar, y decía que estaba desde antes que cualquier otra forma de vida, se preocupaba por todos y cada uno, y podía vernos en cualquier momento y lugar; ella nos comprendía como si nos hubiera creado, y nos protegía siempre, se llamaba a si mismo FRAGILIDAD. A: ¿FRAGILIDAD?, ese es un nombre extraño para un ser de sus características. C: ¿En serio? Y ¿cuál sería el mejor nombre? A: Tal vez ETERNIDAD C: Suena bien, pero ¿quiénes somos nosotros para nombrar algo que ha existido desde antes que tengamos recuerdos? A: Yo solo digo. C: Bueno, continuando: A FRAGILIDAD, le gustaba ver a todos, felices y fuertes. A: Espera, espera, y ¿tu cómo sabes lo que le gustaba? C: Pues no se me lo imagino. A: No deberías suponer nada. C: No lo hago, A: Mira, ese lugar parece bueno para preguntar por dónde debo ir. C: ¿Te puedo acompañar? A: ¿Es en serio?, no dijiste que ibas a donde sea que te lleve el tiempo. C: Pues si, pero pienso que el tiempo te puso en mi camino, y quiero recorrerlo contigo. A: Esta bien, pero no te quejes si te pasa algo, o nos demoramos. C: No lo hare. A: Esa Luna parece muy vieja, tal vez sepa dónde queda el centro del universo. C: Pues preguntemos. A: Saludos, compañera del espacio, puedes responder una de nuestra preguntas por favor? L: ¡Hey!, ¿quién dijo eso? (Pregunto la luna mientras rotaba lentamente sobre su eje y el polvo de su superficie se levantaba) C: Somos nosotros, perdón si te asustamos. L: USTEDES? (decía la luna mientras se ajustaba 2 de sus anillos como si fueran un cinturón flojo que impedían que se caigan sus inexistentes pantalones). L: ¿Que quieren? A: Queremos saber si sabes ¿dónde queda el centro del universo? L: ¿El centro del universo?, Si lo sé, yo antes vivía ahí, hasta que un día mi fiel mascota, sputnik se escapó y salí tras suyo a encontrarlo. (Si, ese sputnik en el que estás pensando) C: Y ¿lo recuperaste? L: ¿A quién? A: A sputnik L: ¿Quién es Sputnik? ¿Quiénes sois vosotros? C: Creo que no será de mucha ayuda (musito entre dientes y lo más cercano a azul posible). A: Sentimos haberle molestado. L: Ustedes me recuerdan a unos amigos míos, que conocí allá en el centro del universo; lo recuerdo muy bien. A: (Haciendo uso de su astucia y tranquilidad) Y ¿cómo podemos llegar donde sus amigos? L: Fácil, sigan la vía láctea hasta el final, giren a la derecha un par de años de luz, luego hacia abajo otro par de años de luz, ahí donde la luz no llega esta la entrada al centro del universo. C: Muy astuta azul, muy astuta. Las estrellas siguieron las indicaciones de la vieja luna, recto por la vía láctea, al final a la derecha luego hacia abajo. Lo que vieron fue extraordinario, un hoyo oscuro como el más negro de los carbones y del tamaño de 15000 soles estaba frente a ellos, pero no hacia lo que normalmente hacen los hoyos negros, este, estaba ahí inmóvil, quieto, sin tragar nada en su oscura garganta. A: Muy bien llegamos, adelante. C: Espera un momento, estás loca, eso se ve peligroso. A: Pero la luna nos lo dijo “DONDE EL SOL NO LLEGA”; que otra cosa puede ser si no ese lugar. C: Se lo que dijo la luna, pero debemos comprobar si es seguro o no. A: y ¿Cómo planeas hacer eso? C: Espérame un momento Al cabo de un par de meses (Que para las estrellas no era más que minutos), café regreso; traía sobre su cuerpo una cosa extraña, parecía un tubo metálico, largo con muchas ramas. C: Encontré esto, seguro nos sirve. A: Estas seguro? Parece que le pertenece a alguien. C: No estaba solo, sobre un planeta de color azul, no había nadie cerca, lo prometo. A: Esta bien, pero ¿Qué vas a hacer? C: (SONRIENDO), acelero lo más que pudo, y de un movimiento lanzo el extraño artefacto al centro de la oscuridad. A: ya veo, tienes razón. Los 2 observaron atentamente, y no paso anda, el extraño objeto se sumergió tranquilamente en la oscuridad, sin oírse nada (Aunque en el espacio los seres humanos no escuchamos nada, pero las estrellas sí, porque tienen oído estelar). C: Adelante, es seguro. A: Ya era hora. Ambos entraron, y por unos pocos momentos no lograron ver más allá de sus estelas frontales. Al pasar la oscuridad, lo primero que oyeron fue el ensordecedor sonido que hace una ballena espacial al buscar su comida. A: Lo logramos, llegamos. C: No lo puedo creer, en verdad existen ballenas espaciales; pensé que mi padre solo me lo contaba para que yo deje de dar vueltas alrededor del sol. A: Mira ahí esta FRAGILIDAD. C: ¡DEMONIOS!; es verdad; vamos a preguntarle que es este sitio. F: Esto es lo que buscabas AZUL (Lo oyeron desde donde estaban, al parecer podía hablar en sus mentes) C: ¿Cómo hiciste eso? F: Siempre les hablo, pero nunca me escuchan; Ahora solo me escuchas porque me puedes ver. Eres de esos seres que necesitan ver para creer. Pero tú pequeña azul, tu si me oías y me sentías, tú fuiste mi enviada para salvar a ese tonto que te acompaño en tu viaje. A: ¿Tu enviada?, a que te refieres, yo me lo encontré, yo no lo busque. F: Nada pasa en esta vida sin un motivo o una razón, tú lo salvaste a él, y él te ayudo a encontrar tu lugar. A: Y ¿de qué lo salve? F: (solo hablando con azul)… Del Olvido, el olvido es lo más peligroso de este universo, muchos seres han caído en él, y piensan que no son importantes, se olvidan de su existencia, y poco a poco se olvidan de vivir, pero tu mi pequeña azul eres un motivo. C: No los oía, pero no puso mucha atención, en ese corto momento de incertidumbre se hizo amigo de una pequeña ballena espacial, desde siempre fue bueno haciendo amigos extraños. F: Míralo, es un tonto, pocos seres piensan en ser amigos de una ballena capaz de comer hoyos negros, y míralo, no ha pasado ni 5 minutos, y él ya es amigo de una. Y ahora que llegaste a donde querías ¿qué vas a hacer pequeña azul? A: Pues todo lo que yo quiera. F: Estupenda respuesta, la mejor que nunca eh oído; y tú café, ¿Qué vas a hacer? C: Seguirla y acompañarla, me siento muy bien junto a ella, y de alguna forma sé que podré ayudarla. F: Fantástico, pero ya es hora de que despiertes. En un bonito jardín de un pequeño pueblo, en una casa junto a un puente, abría los ojos un pequeño caracol color café, al frente suyo una rosa azul, brillaba con la luz del sol.