El Rey de los Tuareg

El Rey de los Tuareg

  • Relatos cortos
  • 2 capítulos

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Alguien que solo pretende indagar en lo potencial mas allá de las convenciones y de los rebuznos de los que se creen sabios. Alguien que...

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Descripción

Les daré asombrosos detalles ya que en esta celda mauritana cuento con todo el tiempo del mundo para poner el foco en mis alegres hábitos del pasado, de acuerdo a la cotidianeidad de un pensar que no carece de sentido común. Les presentaré los temas de mi fe estando aun presente en la carne (en las divergencias que sobre esta se produjeron), ya definitivamente distanciado de los procesos de acumulación de riqueza o poder. No estoy en el suelo ni las neblinas del estrago han descendido sobre mí, y no describiré torturas ni las horrendas suertes de los que se relacionan con la destrucción. Me es preciso indagar en mi real origen con el objeto de explicar a estos míseros y notables tiempos, que forman parte de eternas mutaciones cuyos números jamás se inscribieron en las aritméticas generales. Asimismo, afirmo que desintegrar al orden social prexistente, es ansiar desgarrar la gloria o hacer una interpretación banal de lo que fue contemplado con benignidad por los dioses. Les haré comprender con suma paciencia hacia donde me dirijo, sin someterme a las estridencias propias de ese desapercibido movimiento (porque la increíble circulación a la que me empujó la vida, me detuvo en esta furiosa cárcel). Los embarcaré en orillas cuyos orígenes son criptográficos, al narrarles mi historia. Mi actuación ha sido implacable, y sé que me han comparado con una montaña luminosa. Yo nunca robé cabras ni camellos, porque todo el ganado me perteneció, y habló en términos pretéritos pese a que las cronologías perdieron precisión. En la otra Era examinaba al horizonte con una elevada suma de conocimientos bélicos, y acepta las convenciones que eran imprescindibles a la hora de componer treguas y armisticios. Sin embargo, por ser demasiado sentimental o beber de las ánforas del vino provenientes del Mar Rojo, ahora dirimo mis recuerdos en esta galería nauseabunda y clausurada, cosa que no se trata de un artificio puesto que me permite mantener con firmeza a mis puntos de vista, y decapitar en las sombras una y otra vez a las mis contendientes. Relato 33 páginas.

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