Descripción
La minería que en América inició con esclavitud, ha sido el más peligroso trabajo del mundo. En sus profundidades se muere envenenado por químicos, por gases tóxicos o inflamables que incineran sin misericordia, por asfixia, soterrado por derrumbes, por venas de aguas hirvientes o por vapores que súbitos e inesperados brotan por algún desafortunado piquetazo, por envenenamiento por arsénico o mercurio, por silicosis y tuberculosis, ha propicia riqueza y desarrollo, pero en algunos países ha sido maldición por matar flora y fauna y por enfermedades de consecuencias generacionales. Hambrientas de lucro, las transnacionales se llevan el futuro de todos a cambio de miseria y muerte y donde ha ocurrido, se ha debido a la corrupción de gobernantes podridos que cobran coimas de muerte a empresarios que se relamen porque no existen ni se exige cumplimiento de leyes de protección a los recursos, del ambiente y de las personas que prontamente después, languidecen tras vivir efímeros y fugaces sueños de riqueza y bienestar. Insensibles y grotescos, “regalías”, le dicen al miserable impuesto que pagan. Sus excesos producen países que la prohíben pero pesar de todo y como en todo ingenio humano, la minería está plena de fe, de aventuras, valentías y esfuerzos, de sueños, de dolor, de máximos triunfos y de profundos fracasos, de pasiones humanas y de riesgos de muerte que se corren por amor a una mujer o por el futuro de los hijos, pero lo que nadie puede negar, es que está plena de heroicidades solo dignas de la raza humana. El ambiente de este pequeño cuento es la Mina La India que funcionó por más de quince años y cerró en 1956 a causa de una inundación. Historia y personajes son sólo imaginación del autor. Subido a mi página literaria www.megustaescribir.com el día 1ero.de Abril de 2018.
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