Descripción
La larga mesa no paraba de hablar.
Un pájaro sonaba en el fondo, más allá de la gran ventana detrás del trono.
Qué insoportables eran los seres humanos, espejos de la mediocridad menos amable.
El aburrimiento era insostenible.
Un toque, dos toques, tres toques.
La puerta se abrió.
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