Descripción
Fue en un bello atardecer cuando la oscuridad y la luz, por fin pudieron coincidir.
La luz tomó un pequeño papel que tenía guardado dentro de unos de sus bolsillos. Sonrió con delicadeza y comenzó leer:
»—No vayas detrás de tus pasiones, tus deseos refrena…
—Antiguo testamento —dijo la oscuridad, levantando una ceja.
La luz asintió.
—¿Es un consejo, luz?
—Lo es, mi querida oscuridad.
La oscuridad tomó la mano de su adorada luz.
—Cariño, tú sabes que no quiero ser Jesús.
julio estrada acosta - martes, 29 de agosto de 2017
Bravo.. muy bueno
Álvaro Moreno Setién - jueves, 20 de agosto de 2015
Me parece muy buena, lo único que me falla son los nombres, que me parece que se pueden mejorar, pero por lo demás me gusta mucho como está escrito
Jonathan Bertomeu Herranz - martes, 28 de julio de 2015
buenaaaaaaaaaaaa
RE:
Agustina Franceschini - domingo, 2 de agosto de 2015
Gracias :D