Descripción
Es un relato muy amado. Lo escribí en un soplo hasta el final; en un tiempo de mucha bulla y soledad. Después lo recompuse, como quien le pega pedazos a una escultura. Y aún así pensé que no iba. Gracias a Pablo, mi hermano, que con un "ponte quieto y firme" quedó en pie.
Si comienzas a leerlo, escucha a la paciencia...
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