Descripción
Donde Harry se enamora de un ángel.
O al menos piensa que lo hizo, ¿quién se lo puede negar? Louis apareció como una visión de lo Santísimo y lo Divino bajo un duraznero viejo, precario, el árbol del Edén sin el fruto negado; el fruto etéreo era él.
Había en él algo que le decía que sus alas aún no habían crecido. Un querubín quizás, recién nacido para el cielo, un adolescente para la tierra. Si Dios lo mandó debía ser una prueba de su existencia.
Y sus alas crecerían y él se iría, solo si alguna vez lloraba. Si una estrella caía de su cielo azul, la armonía se quebraría. ¡Qué criatura tan intrigante, hecha por la mano del Glorioso Padre de la vida! Del Padre que envió a su creación primorosa a encontrarse con el nunca nombrado en la tierra, que buscaba su corrupción.
Harry se enamoró de un ángel, de eso estaba seguro.
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