Descripción
...pero, ¿Qué estas haciendo?
Úrsula al contacto con el calor de las suaves manos del sacerdote se había precipitado sin ser si quiera consciente, hacia los jugosos labios de Don Jaime que no lograba moverse del susto que tenía encima. Ella, de repente, sintió que volvía en sí y, con los ojos muy abiertos y las pupilas dilatadas, daba un salto hacia atrás y se marchaba como alma que lleva el diablo pidiendo disculpas a cada paso que daba hacia la puerta del templo.
Llegó a la peluquería de su amigo que se encontraba limpiando.
-Álvaro, ábreme una cuenta de Grinder. - ¡Qué coño te voy a abrir yo un Grinder si eso es para gais! Los hetero reprimidos usáis Tinder.
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