Descripción
Lo maté en Navidad y puse su cabeza al lado del pesebre sin importar que se manchara de sangre, carne y huesos. No lo hice solo, el demonio vestido de Papá Noel me daba el aliento que necesitaba. Él siempre fue una mierda conmigo, me trataba mal y quería compensarlo con algunos regalos o sexo. Yo decía que algún día llegaría a mi límite, y así fue. Le creí a mi madre en esos momentos, sobre todo cuando decía que las personas que más se la aguantan explotan de una manera violenta y trágica. Juro que no fue mi intención, pero tenía que hacerlo.
Para comentar, hay que estar registrado