Descripción
Las conocía desde el colegio así que abrió su corazón, venía ya preparada para someterse al tercer grado de su comunidad.
Comenzó cronológicamente desde que aquella mujer dejó a su hija en casa.
Lo más duro fue enfrentar los sentimientos que la condujeron a tratar de forma despectiva y con desprecio a la niña que se sentaba en su salón impresionada con sus cuadros, sus muebles, su decoración y, porqué no decirlo, todo el lujo que rezumaba su casa. La obligó a dormir en la habitación de la asistenta y recolocó a su interna en la de invitados, solo para castigarla por algo que no había hecho.
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