Descripción
Mikel y Eduardo eran dos profanadores de tumbas con amplia experiencia en el sector. Accedieron al defenestrado cementerio a pesar de las advertencias de los asustados lugareños. Su objetivo hacerse con la fortuna en joyas enterradas con el insondable conde de Estranqueras. Sin embargo lo que les aguardaba aquella noche no entraba en sus planes. A los muertos hay que dejarlos descansar en paz.
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