Descripción
Florencia y Cristian eran dos amigos inseparables de un pueblo lejano de la ciudad; vivían tranquilos en paz donde no pasaba nada hasta una noche de invierno les cambio la vida en adelante.
Cercanía del pueblo había una vieja casona abandonada al borde del bosque. La mansión, conocida como "La Casa de los Susurros", tenía una oscura reputación. Se decía que las personas que pasaban una noche allí nunca volvían a ser las mismas.
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