Muñeca de trapo

Muñeca de trapo

  • Relatos cortos
  • 2 capítulos

¿Te gusta la obra? ¡Anímale a publicar con tus aplausos!

Lecturas 318
Guardado en favoritos 4
Comentarios 5
Andre Agudelo
Escrito por

Andre Agudelo

Mi nombre es Andre Agudelo. Nací entre las montañas de una ciudad llena de contrastes. Donde la sangre y las sonrisas se mezclan. Vengo del plomo...

  • 2
  • 53

Descripción

La inocencia despojada de un cuerpo frágil y débil, debido al frío mundo que la rodea.

¿Te gusta? ¡Díselo al autor!
Publica tu reseña sobre el manuscrito

Para comentar, hay que estar registrado

  • Cheche Rule

    Cheche Rule - martes, 13 de septiembre de 2016

    Muy bueno. Se podría extender.

  • N S

    Sutileza y dulzura para escribir sobre un tema durísimo

    N S - jueves, 27 de noviembre de 2014

    Tu forma tan "inocente" de describir las visitas de Carlos o la entrada de la protagonista en la prostitución es tan sutil que y aparentemente amable que hace que lo que muestras sea mucho más duro y amargo (tanto como lo es en la vida real) que si llamaras a las cosas por su nombre. ¡Enhorabuena! Acabo de llegar a esta comunidad, pero esto es lo mejor que he leído hasta ahora.

  • Andre Agudelo

    RE: Sutileza y dulzura para escribir sobre un tema durísimo

    Andre Agudelo - lunes, 26 de enero de 2015

    Muchas gracias.

  • Andre Agudelo

    MUÑECA DE TRAPO

    Andre Agudelo - jueves, 27 de noviembre de 2014

    Mi nombre es Sofía, me gusta el helado y mi muñeca de trapo. Mi muñeca y yo nos parecemos, las dos somos rubias. La diferencia radica en que ella no llora tanto como yo. Mami se casó con Carlos y desde ese momento me dejaron de gustar las noches, no porque sean oscuras y frías, me dejaron de gustar porque ahora son diferentes. Carlos dice que es mi padre, que los padres aman a sus hijas y todas las manifestaciones de afecto son permitidas. Él va a mi cuarto cuando duermo y acaricia mis piernas. Yo abrazo fuerte mi muñeca, me quedo muy quieta y en silencio, mientras él, me demuestra su cariño. Aprendí que el amor duele. Sería bonito que Carlos no me quisiera tanto. Una tarde le dije a mami que no me gustaba ser amada. Ella lloró muchísimo en su habitación, luego salió y me castigó. Las dos lloramos. Supongo que mami se enojó porque quiere mucho a Carlos. Así como yo quiero a mi muñeca, no me gustaría que alguien más jugara con ella. Hace poco salí y me di cuenta que existe una calle donde muchas niñas están esperando que alguien las invite a jugar. Ellas se ven cansadas, pero siempre están ahí. Me acerque y pregunté cómo podría entrar en el juego y quien lo dirigía. Ellas me explicaron y me aceptaron. Hoy fue mi primer día. Me puse el vestido más bonito que tengo. Es rosa y tiene dos florecitas blancas. Aunque debí traer mi chaqueta azul, hace mucho frio antes de ir a jugar. Este juego me recuerda a Carlos, a mami llorando y sus castigos por ser querida por quien ella amaba. Me recuerda esas noches donde abrazaba fuerte a mi muñeca. Ahora muchos me quieren, pero ya no me duele tanto. Cuando llegué a casa después de jugar toda la noche, miré mi muñeca de trapo. Me dí cuenta de nuevo que nos parecemos mucho. Las dos somos rubias. La diferencia radica en que ella no llora tanto como yo.