Azul otoñal

Azul otoñal

  • Relatos cortos
  • 2 capítulos

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Quiero volverme poesía y describir en versos la sensibilidad que ahoga mi ser....

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Descripción

En una tarde azul otoñal donde acontece como dice el poeta Von Hofmannsthal, “Los paisajes del alma, son paisajes infinitos como el espacio y el tiempo suscitan un sentido nuevo, superior a todos los sentidos”. El panorama iniciaba con el proceso de la transmutación, la estructura blanda de cuerpo segmentado, se encontraba pernoctando pasivamente e inmóvil alrededor de quince días atrás, postrada sobre una planta en una bolsa nacarada; no obstante sentía la necesidad de ver el nuevo mundo, ¿Nuevo? Sí, porque esa existencia lejana del pasado había sido dispar, era pesada, fatigosa, lenta, paulatina, casi insoportable y a su vez de paciencia, resignación, tenacidad y persistencia. Ahora el renacer metamórfico haría que la vida fuese leve, ligera, etérea, en el aire, venciendo a cada instante la ingravidez del suelo, de vuelos alegres y de cumplir una misión que es digna de seres singulares; llevar el néctar al amante lejano, invisible, contribuyendo a la creación de frutos y semillas y con ello a la proliferación de las plantas de las cuales antes se alimentaba. Así fue cómo surgió de entre pieles sedosas y viscosas, desde la oscuridad hacia la luz, un espécimen lepidóptero de alas con escamas. Mariposa por nombre recibió gracias a su belleza alada, tapizando aquella tarde azul otoñal de anaranjados y negros colores, se sentía plena en su actual existencia, para ella, gozar el don del renacer era el más preciado regalo, pensó para sí – “No todos los seres vivos poseen el privilegio de escribir un boceto de su vida y luego reescribirlo, despojándose de las necesidades que le abrumaban, que le afligían y perturbaban, para ahora ser iluminada por la energía desplegada”. Su aparente fragilidad fue llevada muy alta por los cielos a causa de los vientos, aplicando su sofisticado sistema de navegación en el cual iban contempladas la elevación del sol y el análisis de la luz; en ese instante las nubes iniciaron una danza, un movimiento constante bastante fuerte, una furia que parecía bajar del cielo entre grises nubarrones; probablemente se avecinaba una robusta tempestad, en la cual sería preciso procurar un refugio rápido y seguro, para no sufrir las inclemencias de la impredecible atmósfera. Voló y aleteó tan rápido como le fue posible hacerlo, contra la tenaz corriente de aire mientras grandes chubascos se desprendían de las nubes tocando el suelo, haciendo cada vez más difícil su vuelo, su insistencia por esconderse, tal vez bajo alguna planta frondosa para no dejar humedecer sus alas y proseguir su vuelo libre y sublime. La lluvia severamente cayó inundando cada refugio cerca a la tierra, mariposa fue perdiendo el equilibrio, la fragilidad le ganó a su fuego oculto que era vida en su interior, la llama que avivaba su existencia fue bañada por una tormenta severa que no tuvo compasión de su gran día de conversión.

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