Descripción
Cuando la maldad del hombre incendia al mundo el amor no se detiene pero cuando en medio de ella, el espontáneo amor se incendia, el mundo se detiene para mirar. Hace años escribí este cuento con el sueño pueril de exorcizar el aquelarre sangriento que llevó a la revolución en la que participáramos o no todos debimos sufrir y que culminó con la caída del dictador Somoza. Estuve seguro que esa brutal experiencia de sufrimiento humano pagada por todos no se repetiría porque las idealistas intenciones de la revolución nos habían elevado al nivel de humanidad que las había erradicado para siempre, pero los demonios de la barbarie han alzado sus vuelos y el terror, el sufrimiento y la muerte, regresan por sus fueros…
Alvaro Amaya - viernes, 28 de abril de 2017
Gracias Pau por tu comentario. Está tomado de una historia real.
Pau March - jueves, 27 de abril de 2017
Grandísimo relato Alvaro. Menudo giro espeluznante por un puñetero carnet. Pobre Carlos. Y es que con la violencia, las armas y la desesperación, la esquizofrenia paranoide recelosa y mal pensada se instala. Lo peor de todo lo de su querida amada. Felicidades. Muy bueno. Saludos.