Descripción
Antes que sus bártulos fueran colocados en el muelle, y después de pasar lomas de burros que adaptaban un innatural desequilibrio al terreno, Juan Domingo Perón había impedido que las tristes barricadas de ese día pesaran en su corazón. Vio muy de cerca a ese golpe de Estado hecho por famélicos lobos que tomaron a la luna como su cómplice luminosa.
El General hizo indicaciones eufemísticas y con una abrumada indignación declaró como serían las cosas del futuro. Saldría de la escena política a causa de esa persecución: ya se hallaba en las orillas del río de la Plata aferrándose a un exilio que sería visceral. Pero no lo alteraba esa insidiosa realidad, y miraba como a través de una rendija al largo tiempo de espera. Hizo hincapié en que no impondría sanciones dentro de las reservadas horas del mañana, porque se había cansado de tantos inútiles retos. Hablando con su secretario mantuvo en sus labios a sus mohines habituales, y de a ratos enmarcaba a las palabras con las genuinas síntesis de su picardía. No se haría el valiente con aquellos que lo detestaron con mucha saña e interrumpieron su hegemónico poder, y no se desconcertó porque ya nada le había dado garantías. Los cobardes habían fabricado un golpe; estos emergieron de sus madrigueras autoproclamándose liberadores cuando antes habían sido insospechadas fracciones del ejército.
Antes que sus bártulos fueran colocados en el muelle, y después de pasar lomas de burros que adaptaban un innatural desequilibrio al terreno, Juan Domingo Perón había impedido que las tristes barricadas de ese día pesaran en su corazón. Vio muy de cerca a ese golpe de Estado hecho por famélicos lobos que tomaron a la luna como su cómplice luminosa.
El General hizo indicaciones eufemísticas y con una abrumada indignación declaró como serían las cosas del futuro. Saldría de la escena política a causa de esa persecución: ya se hallaba en las orillas del río de la Plata aferrándose a un exilio que sería visceral. Pero no lo alteraba esa insidiosa realidad, y miraba como a través de una rendija al largo tiempo de espera. Hizo hincapié en que no impondría sanciones dentro de las reservadas horas del mañana, porque se había cansado de tantos inútiles retos. Hablando con su secretario mantuvo en sus labios a sus mohines habituales, y de a ratos enmarcaba a las palabras con las genuinas síntesis de su picardía. No se haría el valiente con aquellos que lo detestaron con mucha saña e interrumpieron su hegemónico poder, y no se desconcertó porque ya nada le había dado garantías. Los cobardes habían fabricado un golpe; estos emergieron de sus madrigueras autoproclamándose liberadores cuando antes habían sido insospechadas fracciones del ejército.
Antes que sus bártulos fueran colocados en el muelle, y después de pasar lomas de burros que adaptaban un innatural desequilibrio al terreno, Juan Domingo Perón había impedido que las tristes barricadas de ese día pesaran en su corazón. Vio muy de cerca a ese golpe de Estado hecho por famélicos lobos que tomaron a la luna como su cómplice luminosa.
El General hizo indicaciones eufemísticas y con una abrumada indignación declaró como serían las cosas del futuro. Saldría de la escena política a causa de esa persecución: ya se hallaba en las orillas del río de la Plata aferrándose a un exilio que sería visceral. Pero no lo alteraba esa insidiosa realidad, y miraba como a través de una rendija al largo tiempo de espera. Hizo hincapié en que no impondría sanciones dentro de las reservadas horas del mañana, porque se había cansado de tantos inútiles retos. Hablando con su secretario mantuvo en sus labios a sus mohines habituales, y de a ratos enmarcaba a las palabras con las genuinas síntesis de su picardía. No se haría el valiente con aquellos que lo detestaron con mucha saña e interrumpieron su hegemónico poder, y no se desconcertó porque ya nada le había dado garantías. Los cobardes habían fabricado un golpe; estos emergieron de sus madrigueras autoproclamándose liberadores cuando antes habían sido insospechadas fracciones del ejército.
Relato, 40 páginas
Toni Ferrán - domingo, 22 de julio de 2018
Buenos dias maese Grimberg, hacia tiempo que no entraba por acá por falta de tiempo. Hoy he leido varios relatos de compañeros y compañeras a los que sigo y los he disfrutado mucho. Has trazado una breve semblanza de hechos y pensamientos de dos personajes de la historia Argentina que marcaron una época para el pais.Evita, verdadera artifice de lo que seria el peronismo, modeló la figura pública de Perón hasta el punto de crear un lider y un pensamiento. Vos maese Grimberg, lo habeis expuesto con el magnifico estilo que te caracteriza,propio, intimo. Lo he disfrutado palbra por palabra, gracias por seguir con ese estilo propio. Saludos desde Barcelona Daniel. por cierto, ¿ que te parece lo que está sucediendo en Nicaragua?
RE:
daniel bernardo grimberg - miércoles, 26 de septiembre de 2018
Hola Toni, perdona la tardanza en responderte, pero he querido hacerlo antes pero por tormentas eléctricas en el sitio, no he podido. Me llena de orgullo lo que me dices y me alienta a seguir adelante, siempre tratando de transmitir un mensaje. En el texto he jugado con la idea que expresas con toques realistas-fantásticos. Yo soy el que está agradecido ya que me haces sentir que puedo marcar una diferencia y con el dulce empeño de escribir podría alcanzar una posición dentro del mundo de la literatura. Sobretodo porque el tuyo es un apoyo de un gran escritor, De Nicaragua no puedo emitir un juicio porque no estoy lo suficientemente compenetrado, pero si diré que toda violencia es mala. Un gran abrazo Toni, y perdóname por no haberte respondido más temprano (cosa que intente, pero no salio). Gracias. .
Alvaro Amaya - viernes, 21 de julio de 2017
Daniel esta biografía novelada tiene calidades estéticas que me hicieron leerla con agrado. Excelente el manejo de la escritura. Saludos.
RE:
daniel bernardo grimberg - lunes, 24 de julio de 2017
Muchas gracias Alvaro. La apreciacion es reciproca: tu obra es de una gran calidad lo que hace que to elogio sea doblemente bueno. Un saludo desde Buenos Aires.