Descripción
Durante mis épocas de joven lector, allá por los 12 años, me sumergía en las grandes e interminables aventuras que me ofrecían las revistas de Editorial Columba: El Tony, D´artagnan, Níppur Magnum y Fantasía. En una de estas icónicas revistas, me encontré con una historia que me dejó atrapado hasta entonces: Águila Negra; Los Águila Negra eran una patrulla de soldados polacos que protagonizaban historias durante la época de la 2º guerra mundial. Historias humanas, propias de la guerra inútil e irónica que representó el estilo narrativo de Oesterheld con Ernie Pike. La manera que tenía el guionista de la serie para presentar estas historias era a través de los recuerdos, de los recuerdos y la búsqueda. La búsqueda de los compañeros perdidos, y olvidados en el tiempo, por parte de uno de los “viejos águilas”, quién además de ser uno de los protagonistas, es quién narra los hechos y las situaciones, y carga con el dolor de la desesperanza a flor de piel. Columba ya había cerrado cuando yo me hice lector de estas aventuras, y nunca supe si se reencontraron o no; Es por eso que quise tomarme la libertad de escribir un par de capítulos, y traer al viejo Ilya de nuevo, y contar, que a pesar de cuánto tiempo pase, las secuelas no se despegaran del cuerpo jamás, porque son una segunda piel, y se meten hasta en los huesos.
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