Descripción
Este relato es un homenaje a todos aquellos que sufren Alzheimer, esta terrible enfermedad cuyo día mundial se conmemora el 21 de septiembre, pero en especial a quienes más la padecen; familiares y amigos que luchan día a día por quien apenas les reconoce.
Porque no existe mayor sufrimiento que el de la pérdida, sobre todo si nos toca de cerca. No hay mayor pérdida que la de los recuerdos. Nuestra propia identidad.
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