Descripción
“Voy a contar la historia como yo quiera contarla”, Alba miro al joven oficial que asistía la interrogación con una entereza que poco se espera en una señora en sus ochenta y muchos. Cuando sus ojos se posaban en los tuyos, no dejaba de mirarte, sosteniendo la mirada aterrando incluso al suboficial Cabrera, que era un veterano. El suboficial atino a iniciar una discusión de tire y afloje pero antes de soltar la primer oración, Alba comenzó el relato cronológico de lo que para ella le parecía una pérdida de sentido y tiempo, puesto que nada tiene de utilidad la vida cotidiana de una anciana. No es muy sencillo despojarle la subjetividad a un relato que inicie con esa declaración. ¿Acaso vale la pena escuchar a alguien que quiera contar las cosas como le dé la gana contar?
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