Descripción
La conocí una tarde de verano. Ella con un vestido de flores y unas sandalias de tiras, con sus ojos cafés claros y una sonrisa traviesa, con una melena larga que ondeaba según los designios de la suave brisa. Era la hermana de uno de mis amigos con los que jugaba futbol. Para mí, era la niña más hermosa que había visto en mi vida; estaba embobado con ella desde esa primera vez, sobre todo cuando era el merecedor de tan lindas sonrisas, pero no era digno de ella. Ella estaba prohibida. No porque fuera una política de amigos, no porque ella fuera apenas 2 años menor que yo. No, era porque no podía arrastras a una niña tan dulce e ingenua al infierno en el que yo vivía, mi propio infierno personal.
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