Muchos tenemos una novela entre manos y, a veces, nos asaltan un sinfín de dudas. Muchas de ellas pueden ir relacionadas con la trama, las reacciones de los personajes o la escritura en sí. Sí, ese instinto que nos dice que algo no cuadra en nuestra obra. Es posible que en ocasiones sea acertado, en otras tan solo será inseguridad. Pero, ¿qué podemos hacer para asegurarnos que todo va sobre ruedas? Proponemos algunos ejercicios que nos ayudarán a ver si vamos por buen camino.
DEJA QUE REPOSE UNOS DÍAS
Parece un consejo algo trivial, pero no lo es. Es común que nos sumerjamos tanto en nuestro texto que no seamos capaces de ver el global. Distanciarse un poco de la novela nos puede servir para coger fuerzas y para tomar una perspectiva diferente de la misma. Como escritores, debemos saber cuándo parar y tomar aire. No dejemos que el árbol no nos deje ver el bosque.
¿FUNCIONA MI HISTORIA?
Hay muchas maneras de afrontar esta pregunta. Evidentemente, revisar la escaleta concienzudamente y con la experiencia de haber escrito ya muchas páginas es una buena estrategia. Pero, ¿qué más puedo hacer? Volvamos al origen.
Resumamos tu historia para ser contada oralmente y hagamos variaciones. Contemos las diferentes versiones a diferentes personas (a poder ser, a lectores potenciales) y escuchemos bien sus opiniones sobre la trama. Importante: pensemos bien las preguntas que haremos. Muchas veces, alguien poco dado a la escritura no responde a preguntas como “¿qué te parece la idea?” con información útil para nosotros. Hay que guiar con las preguntas, pero sin condicionar. Por ejemplo, es diferente preguntar “¿crees que la historia será trepidante?” a preguntar “¿qué tipo de novela crees que será: lenta, trepidante, costumbrista…?”. También va bien preguntar cosas como “¿comprarías un libro con esa historia?”.
¿FUNCIONAN MIS PERSONAJES?
Eso ya es más complicado de contestar. Veamos, los personajes son parte de la historia (o la historia en sí) y van muy ligados a ella. Pero, a veces, un simple cambio puede hacer crecer nuestra historia. Pensemos mundos paralelos donde puedan vivir nuestros personajes y escribamos un relato con esos cambios que imaginamos pero que no nos atrevemos a insertar en nuestra novela.
Para realizarlo, podemos crear la mismas condiciones que recreamos en nuestra historia o cambiar factores (época histórica, lugar, idioma…). Modificquemos lo que queramos, al final es un juego, un relato que escribiremos sin el corsé de la escaleta y que nos dará libertad para experimentar, reencontrarnos con nuestros personajes y descubrir nuevas cosas sobre ellos. Y quién sabe, si nunca convertimos nuestra novela en un bestseller, quizá estos relatos se convierten en unas reliquias.
¿FUNCIONA MI ESTILO?
Existen unas características mínimas en la corrección que aseguran la calidad. Pero luego está el estilo, personal o no, que depende de muchos factores (las corrientes, el tipo de género, el mercado…). Al final, nuestra novela debe estar bien escrita (obvio) pero debe representar nuestra escritura sin miedo ni complejos. El gran consejo de este apartado es: revisemos (obvio).
Pero escribir una novela es una aventura que nunca termina. Y, como tal, debemos divertirnos. Os aconsejamos aquí que reescribáis algunos puntos de la novela cambiando algunos elementos (el pasado por el presente, quitando o añadiendo adjetivos, eliminando diálogos o añadiendo…) para ver qué se puede mejorar, si la dirección que hemos tomado es buena… Los pequeños cambios, muchas veces, son poderosos.
¿El final? si quieres publicar con nostros, megustaescribir es tu casa. Informaté aquí.
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