Durante los últimos años se ha puesto de moda el microrrelato. Como oímos hablar de ellos por aquí y por allá, pensamos que son una creación reciente, pero, al parecer, el microrrelato nace en la Edad Media y, curiosamente, su importancia aumenta después de la Primera Guerra Mundial. El término "microrrelato", tan famoso actualmente, aparece por primera vez en 1977 en la obra Inventarios, del escritor mexicano José Emilio Pacheco. Desde ese momento recibe nombres muy diversos que van desde "minicuento" o "microcuento" hasta "relato hiperbreve" o "cuentos o historias mínimas". Y es que ¿quién no ha oído hablar de "Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba ahí" de Augusto Monterroso?
Ya habíamos comentado en otro post qué es un microrrelato y por qué esconde un superpoder (El superpoder del microrrelato), así que ahora toca ofreceros algunos trucos que os ayudarán a escribir vuestros propios microcuentos:
Brevedad
El microrrelato es un texto narrativo brevísimo; no necesita la extensión de un cuento para despertar el interés del lector. Un microrrelato puede ser una frase, varias o media página de texto. No hay tiempo para la descripción innecesaria. Es importante evocar mucho con muy pocas palabras. Todo es acción, acción y más acción.
Imaginación
El microrrelato es un género fronterizo que se ha vinculado con la fábula, el haiku oriental, las tradiciones y las parábolas. Por lo tanto, cuando escribas un microrrelato, no limites tu ingenio. Además, en él tienen cabida todos los temas. Deja volar tu imaginación.
Síntesis
Elige la historia que quieres contar y redúcela sin que pierda el interés, al contrario, que éste aumente. Si no sabes cómo, acude al clímax o a sus puntos. Utiliza palabras que despierten la imaginación del lector. Le encantará tener que fantasear acerca de lo que el texto le evoca y de lo que se da por supuesto. Pero, ¡no lo reduzcas tanto! El título puede ser la clave, ya que puede completar tu microhistoria. Sin ir más lejos, en el microrrelato de Monterroso el título, El dinosaurio, es imprescindible.
Giro final o twist
No importa si utilizas un final donde todo se resuelve o un final abierto. Simplemente, sorprende al lector con algo inesperado, que le haga reír, pensar o incluso tener miedo. Es lo que hará que no pueda dejar de pensar en ello.
Edita y recicla
Quizá eres capaz de crear un microrrelato de esos que no se olvidan en un minuto. O quizá necesites un poco más de tiempo para perfeccionarlo. Escribe, modifica, suprime... Invierte tiempo en tu microrrelato. Otra herramienta muy útil puede ser emplear referencias conocidas (personajes, sucesos históricos, tópicos...), ya que el lector las reconocerá enseguida sin necesidad de explicación. Echa un vistazo a como lo hace Kafka en La verdad sobre Sancho Panza.
Y para acabar, algunos de los microrrelatos más conocidos que te inspirarán:
For sale: baby shoes, never worn.
Se venden: zapatos de bebé, sin estrenar
Ernest Hemingway
En un desierto lugar del Irán hay una no muy alta torre de piedra, sin puerta ni ventana. En la única habitación (cuyo piso es de tierra y que tiene la forma del círculo) hay una mesa de madera y un banco. En esa celda circular, un hombre que se parece a mí escribe en caracteres que no comprendo un largo poema sobre un hombre que en otra celda circular escribe un poema sobre un hombre que en otra celda circular… El proceso no tiene fin y nadie podrá leer lo que los prisioneros escriben.
Jorge Luis Borges
El criado llega aterrorizado a casa de su amo.
-Señor -dice- he visto a la Muerte en el mercado y me ha hecho una señal de amenaza.
El amo le da un caballo y dinero, y le dice:
-Huye a Samarra.
El criado huye. Esa tarde, temprano, el señor se encuentra a la Muerte en el mercado.
-Esta mañana le hiciste a mi criado una señal de amenaza -dice.
-No era de amenaza -responde la Muerte- sino de sorpresa. Porque lo veía ahí, tan lejos de Samarra, y esta misma tarde tengo que recogerlo allá.
Gabriel García Márquez
Miriam Chamorro
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