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Los cuentos son una entidad narrativa propia y, más adelante, profundizaremos sobre ellos y sus misterios. Pero también pueden ser un laboratorio de pruebas para relatos largos, también conocidos como libros o novelas (:P). Todos tenemos ideas que, a pesar de que nos parecen buenas, atractivas o potentes, nos generan muchas dudas a la hora plasmarlas en una historia larga. ¿Por qué no probar antes con un relato breve? Todos nos preguntáis cómo escribir una novela: pues un técnica para empezar puede ser el cuento. Ahí van algunos motivos:

NOS AYUDAN A IDENTIFICAR FORTALEZAS Y DEBILIDADES

Sí, escogemos una de nuestras mil ideas y las plasmamos en un relato corto. Luego, lo dejamos reposar unos días. ¿Por qué? Porque habremos vencido así la página en blanco y porque la distancia nos ayudará a valorar cosas como:

• ¿Es mi idea suficientemente potente? ¿Realmente tengo una historia susceptible de convertirse en una trama de más de 200 páginas?
• ¿Qué parte de mi relato es el más interesante? ¿Cuál fluye mejor? ¿Debe mi historia tomar esa dirección?
• ¿El/la protagonista y el resto de personajes son atractivos? ¿Necesito trabajar con más profundidad su carácter y sus motivaciones? ¿Son mis personajes verosímiles? ¿Debo desechar alguno/a que no aportan nada a la historia?
• ¿Necesito trabajar tramas secundarias que fortalezcan la novela? ¿Cuál es el principio de mi historia… es este relato el capítulo primero, el sexto o el final?
• Otro consejo para valorar estos parámetros: no lo leamos sólo nosotros. Pasémoslo a amigos, familiares, a nuestro crítico de cabecera. Compartamos y escuchemos las opiniones de nuestros futuros lectores.

SON UN TEST SOBRE LAS DECISIONES TÉCNICAS

Ya hemos identificado posibles problemas y virtudes generales. Pero también, gracias a este pequeño laboratorio de pruebas llamado cuento, podemos afinar más nuestra técnica. ¿Cómo? Respondamos esa pregunta con preguntas:

• ¿He escogido bien al narrador? ¿Y si lo cambio? ¿Podría ser el narrador uno de los secundarios? ¿El perro de la familia?
• ¿El tono y el estilo que he utilizado enriquecen mi historia? ¿Debo usar otro tipo de oraciones, vocabulario… para acercarme más al género que busco?
• ¿El lenguaje de mis personajes es verosímil? ¿Debo investigar más el tipo de expresiones que usan las personas de perfil social/cultural que intento retratar?
• ¿Se me ocurre una manera más original de presentar a mis personajes?
• ¿El ritmo narrativo que uso es adecuado? ¿Debo acelerarlo? ¿Pausarlo?

GRANDES NOVELAS QUE HAN SURGIDO DE RELATOS BREVES

Cuando hablamos de cuentos, no nos referimos a que vuestro objetivo, en este caso, sea publicar un relato. Sino empecéis por una parte de la historia y le deis una estructura. O que la resumáis como una especie de sinopsis con intenciones literarias. Ir al detalle para valorar el global.  Muchos escritores de renombre han hecho evolucionar sus relatos hasta grandes libros que han dejado huella en la historia de la literatura. Veamos ejemplos:

• Chuck Palahniuk, escribió un relato en el que se basó su primera novela publicada, El Club de la lucha (1999), que lo situó en el mapa literario. Publicado, el cuento, en la recopilación Pursuit of Happiness, se convirtió en el sexto capítulo de su obra.
• The Pedestrian, cuento escrito por Ray Bradbury en 1951, se convirtió, en el mismo año, en una novela corta (o un cuento largo) llamado The Fireman. Ese fue el génesis de su gran obra Fahrenheit 451 (1953). Un camino largo que le permitió testear y hacer evolucionar su idea hasta el libro definitivo.
• 2001, una odisea en el espacio (1968) de Arthur C. Clarke, también proviene de un cuento, El Centinela (1948). Escrita en paralelo al guión de la película de Kubrick, se suma al conjunto de libros surgidos de relatos cortos, ¡esta vez derivado de una idea concebida 20 años atrás!

En resumen, escribid, escribid, escribid… ¡Cualquier relato puede ser el origen de una gran novela!