La voz con la que narramos una historia forma parte del alma de la misma. Es por ello, para entender bien cómo escribir una novela, un relato o cualquier historia que contemos, tenemos que tener claros qué tipos de narradores existen y como usarlos en beneficio propio. En el anterior artículo, vimos los narradores con superpoderes: el narrador omnisciente y el cuasi equisciente. Ahora, veremos los dos principales narradores personaje. ¿Preparados para el resto?
El narrador protagonista
Para empezar, pensemos que es un narrador que se expresa en primera persona. Así que, exacto, ya no es una voz "neutra" la que se dirige a nosotros… es un personaje. Y no uno cualquiera: hablamos del protagonista.
Para entender este tipo de narrador, veamos uno de los puntos que destaca Héctor García Quintana en Cómo se escribe una novela: “Con este procedimiento no hay intermediarios entre el protagonista y el lector”. Y es que, al ser el centro del conflicto que expresa nuestra historia, recibimos toda la información desde la propia piel de quién la vive.
Sí, encarnar un narrador tiene sus límites: sólo podemos explicar los hechos a través de su mirada, tan solo podemos contar lo que sabe, ve y vive. Debemos ceñirnos a esos parámetros para explicar el relato y, muchas veces, debemos omitir información que ayudaría a generar suspense o tensión. ¿Por qué? Pues, simplemente, porque ese protagonista jamás ha visto o nadie le ha comentado esos hechos y, por lo tanto, es imposible que los conozca y los comunique.
Por otro lado, y tal y como dice Silvia Adela Kohan en su manual Para escribir una novela, este tipo de narrador resulta “creíble, crea un ambiente de comunicación más cercano”. Y es que, al leer sus palabras, sus pensamientos, vivir la historia bajo su piel, el lector experimenta directamente lo que vive el personaje.
Uno de los puntos que destaca Enrique Páez en Escribir, manual de técnica narrativas es la adecuación de la narración a la forma de expresarse del narrador protagonista. Un personaje con un nivel cultural bajo, no usará vocabulario elevado ni grandes metáforas. Si es el narrador de la historia, tampoco. Pensemos, además, que no sólo debe reproducir el habla, sino cómo piensa el protagonista. ¿Habla o piensa rápido? ¿Lento? ¿Es directo o da muchos rodeos a la cosas? Tal y como definamos el personaje, así deberá ser la voz del narrador. El gran reto consiste en conseguir que nuestra historia se exprese bajo los parámetros comunicativos del protagonista y, a pesar o gracias a eso, nuestra novela tenga ritmo, enganche, no aburra… Sobre este último punto, en el libro de David Lodge, El arte de la ficción, encontraréis una interesante reflexión sobre esta característica aplicada a una de las novelas que mejor usan este narrador: se trata de El guardián entre el centeno, de J.D. Sallinger.
El narrador no protagonista
Como sucede con el narrador equisciente, esta figura narrativa también recibe varios nombres: narrador testigo, narrador secundario, periférico… Nosotros usamos el término que usa Andreu Martín en Cómo escribo novela policíaca. Al final, Son maneras diferentes de mencionar esta figura narrativa que se expresa, como el protagonista, en primera persona.
El narrador no protagonista es un personaje de la historia pero no la protagoniza. Puede ser un espectador, el antagonista, alguien que investiga una persona o hecho… Es un personajeque actúa como objeto pasivo dentro de la historia, pero que lo describe.
Volviendo a Enrique Páez, él comenta que este narrador cuenta la historia “a partir de datos fragmentados de lo que ve, lo que escucha, lo que otros le cuentan…”. Así pues, es un observador con los mismos límites que el protagonista: no puede explicar nada que no haya visto o conocido y, además, debemos adecuar nuestro estilo al habla del mismo. A pesar de eso, como testigo de lulujo que relata lo visto, vivido o investigado, dota a nuestro relato de una gran verosimilitud. Este método periodístico acerca más la histroria al lector.
Para terminar, nos gustaría decir que el narrador no protagonista es ese amigo que va al cine y que, al día siguiente, te cuenta la película con pelos y señales. El trasmite el la historia, pero nunca se identifica, asume el conflicto que se narra o superpone su situación personal al relato que cuenta.
Para terminar, compartimos el siguiente vídeo en el que se detallan los diferentes narradores que existen. En esta vida, siempre va bien tener segunda opiniones. :D
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