Descripción
El ser humano siempre se ha dejado guiar por la curiosidad. Trajo nuestro propio entendimiento, alzó civilizaciones y coronó a la especie por encima del resto de seres vivos.
La curiosidad siempre ha sido el mejor recurso del ser humano para avanzar. No obstante, es también un arma de doble filo que ha condenado a no pocos hombres.
Lucientes. Aquellos a los que la curiosidad les ha dado la oportunidad de descubrir aún más. Descubrimientos, que les otorgaron ese apodo y los condenaron a la horrible Verdad.
Estas son sus historias. Las de aquellos que se atrevieron a hablar, y las de los que jamás pudieron ser escuchados.
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