Descripción
Hasta el penúltimo paso
El pasado 23 de marzo, me dirigía yo al Hospital Arnau de Vilanova, con el fin de que me hicieran unas pruebas, para diagnosticar la infección por el “corona virus”. Al final de la jornada, después de ir de aquí para allá, me encontraba sólo en mi habitación en régimen de aislamiento absoluto, incluso de mi familia, por los requerimientos del protocolo por el COVID 19.
Soy una persona mayor y enferma de Parkinson, que a mis 65 años no había previsto sentirme desorientado. Ya en la habitación del Hospital, sin un motivo especial, de pronto, me sentí invadido por una sensación de desorden sin poder enumerar todas las cosas que no tenía y me harían falta en algún momento. Me sentía incapaz de estructurar una lista de las mismas. También me sucedieron bloqueos que me impedían cumplir las instrucciones que en cada momento recibía. Hubo que adaptar la dosificación de los medicamentos necesarios para eliminar estos problemas añadidos a la infección.
Es un relato de la estancia en el hospital de un infectado y su lucha desigual ante un virus aún desconocido, del comportamiento del personal sanitario y familiares en confinamiento y de mi mujer que ingresó el mismo día por el mismo motivo en otro hospital.
He decidido hacerlo público para ayudar a que todos seamos más responsables de nuestros actos en el comportamiento ante la pandemia por nosotros mismos y por nuestros padres, abuelos, hermanos, amigos y demás personas del entorno en el que nos movemos.
Una vez que se pasa la raya, no hay vuelta atrás, pleno aislamiento del mundo exterior, se hace muy difícil escapar de las garras de los virus a pesar los esfuerzos de yodo el personal sanitario.
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