Descripción
El paro nacional era el comienzo de una mecha que ya se había encendido, el precio de una docena de huevos expuesta por el ministro de hacienda, sería el florero de Llorente en la actualidad, generando que el paro nacional tomara varios días con focos de disturbios y marchas en diferentes lugares no solo de la capital, sino en diferentes puntos de la nación.
Varios días después de enfrentamientos con la fuerza pública a punta de palos y piedra por parte del pueblo a diferencia de lo bien equipado que se presentó a las marchas la policía con sus armaduras antidisturbios dan paso al sonido ensordecedor de las primeras armas con las cuales terminar los gritos de libertad de una sociedad harta de tanta desigualdad.
El verdadero reto vendría cuando la noche una vez más llegara para sacar a flote lo peor de los hombres escabulléndose entre las sombras de las calles.
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