Descripción
Érase una vez un reino bajo tierra. Un feudo excavado en piedra y barro, gobernado por unos señores que no lo habitaban.
Éranse los hijos de un dios padre y una diosa madre olvidados por sus progenitores, vendidos a un destino miserable, esclavos de sus hermanos. Dioses menores que jugaban a ser como sus padres y que se creían bendecidos por ellos.
Érase una reina coronada por la sangre que resbalaba de una daga enjoyada.
Érase una vez, el comienzo de un equilibrio en forma de venganza.
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