Descripción
Los velos se estremecen.
Faro Are, el continente bendecido, y todo el mundo de Aar con él, se ensombrece tras una guerra contra el linaje de celestiales que lo ha gobernado durante milenios. Los hombres se han alzado contra ellos borrando todo vestigio de su poder: los glifos tatuados que compartían sus dones con los mortales, sus inmemoriales y magníficas fortalezas. Sin embargo, nada puede sobrevivir sin la bendición de su presencia que alimenta la tierra y, por ello, algunos aún permanecen cautivos en las ciudades de los reyes que los traicionaron; en Anerhuin, los últimos vestigios de un continente antaño portentoso. Una ofensa imperdonable para los celestiales que todavía permanecen libres, padres, hermanos, exiliados más allá de las montañas, en los parajes donde se libró la Guerra de los Velos, donde nada crece y donde ni siquiera su poder puede revivirlos. El único lugar capaz de ocultar su presencia.
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