Descripción
Érase una vez un mundo que siempre estaba en guerra. Un lugar en el que las peleas eran habituales, mas no tenían otra finalidad que la divertir a quienes tomaban parte ellas, como si no fueran más que una partida de ajedrez.
Érase un rey que se alzó en medio de las cenizas y la oscuridad. El señor de las tinieblas y la bruma oscuras, un gobernante que no había nada que no haría por proteger a quienes estaban bajo su cuidado.
Érase una reina sin corona ni trono. La elegida, la nueva favorita, aquella que haría lo que fuera por traer el equilibrio y la justicia para los suyos.
Érase una vez un mundo que no recordaba lo que era una auténtica guerra hasta que comenzó a reducirse a ruinas.
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