Descripción
Jesús, el nuevo Adán, nos abrió de nuevo las puertas del Paraíso.
Recibimos liberación y una nueva oportunidad como humanidad a través de Su redención.
Pero ahora necesitamos lograr individualmente nuestro derecho a atravesar las puertas del Paraíso para entrar al Reino de los Cielos.
Debemos trabajar por nuestra salvación porque la salvación es un camino individual.
Y en este camino, los incrédulos que son amigos del mundo y se apoyan en su propio entendimiento, se separan de Dios y ya no tienen salvación.
Perecerán porque Satanás, el dios de este mundo, ha ofuscado sus mentes y endurecido sus corazones para impedirles ver la luz y la buena nueva de nuestra salvación del evangelio de Cristo.
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