Descripción
Cuando una persona sigue el llamado de Dios, inmediatamente es perseguida por Satanás y una batalla espiritual se cierne sobre ella y es por eso que esta persona debe entonces reclamar el reino de Dios a través de la fuerza espiritual, en un mundo donde solo a través del conflicto se logra la armonía.
No es posible desprendernos de este mundo materialista y ateo de manera pacífica porque hay que romper las cadenas espirituales que siempre nos han atado al viejo Adán y a la vieja Eva.
Estar alineado con el plan divino y trabajar para su cumplimiento no se puede realizar desde una naturaleza humana caída que magnifica el ego personal, el orgullo egoísta y la lujuria que aumentan la inercia espiritual que brutaliza la mente y petrifica el corazón, y donde la casa de la persona está vacía ya que Cristo no vive en ella, aunque parezca inmaculada.
Es por esto por lo que los elegidos de Dios son objeto de ataques espirituales y resistencia implacable a su cumplimiento de la voluntad divina por parte del Maligno que busca destruirlos y desviarlos del camino mediante la distracción y contaminación de sus mentes cuando no están llenas con la palabra de Dios.
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