Descripción
Si miramos nuestra vida con los ojos de este mundo, podemos vernos eligiendo entre múltiples caminos esperando ser recorridos, muchos de ellos conduciendo al aumento de nuestro egocentrismo y a la satisfacción de todos los deseos de nuestra naturaleza inferior.
Estos caminos abundan, son anchos y muy atractivos.
Tienen muchos nombres, como riqueza, poder, orgullo, egoísmo y competencia, por nombrar algunos.
La oscuridad nos acecha por todas partes una vez que caminamos en ellos, y en lo más profundo de nuestro ser sabemos que todos estos atractivos caminos no conducen a ninguna parte, sólo al pecado y a la muerte porque Dios está ausente de ellos.
Hay un camino peculiar, que Dios nos ha preparado a través de su hijo Jesucristo, y afortunadamente todavía está abierto para nuestra humanidad siendo estrecho como el filo de una navaja, pero que llevará nuestras jornadas en esta vida al reino de los cielos, ayudándonos a dejar atrás este mundo oscuro para siempre.
Ciertamente este camino requiere de nosotros un intento persistente y un esfuerzo sostenido, de seguir la voluntad de Dios en todo momento y en todas las circunstancias de nuestra vida.
Dios nos ha elegido a todos para tomar este camino.
No existía antes de que el nuevo Adán-Jesús viniera a este mundo, pero ahora que Él lo creó para nosotros, todos estamos designados para recorrer este camino, y esta tarea es, lo creamos o no, lo aceptemos o no, nuestra misión en esta vida.
Para comentar, hay que estar registrado