Descripción
“La vida en el planeta cambió hace ya mucho tiempo, tanto así que cuando vemos imágenes de cómo era la sociedad de los hombres antes del colapso parece que ello jamás hubiera sido real.
La historia dice que el antiguo mundo humano se encontraba a punto de sucumbir, al borde del colapso ambiental, y en respuesta a esto un grupo de científicos ecologistas fanáticos tomó una medida desesperada y lamentable, la cual casi acaba con la humanidad dejándola al borde de la extinción, la liberación del virus succino. Un virus sintético que prometía dar más fuerza y resistencia a los organismos animales y vegetales, de manera de fomentar así la restauración de la biosfera. Sólo los humanos somos inmunes. Sin embargo, la respuesta global a succino fue exagerada. Pronto toda criatura del planeta se vio afectada por el virus, transformándose en especies extremadamente nocivas y agresivas, cuya única obsesión parecía ser atacar a la humanidad, la verdadera amenaza para este mundo.
A los pocos años de liberada, la infección se sumó una nueva catástrofe. Nadie sabe cómo se originó, pero varias pandemias comenzaron a esparcirse por el mundo, diezmando en forma radical a la población humana.
Dice la leyenda, que un grupo de personas, pertenecientes a una asociación mundial, se dedicó exclusivamente al rescate de niños pequeños por todos los rincones del mundo para llevarlos a un lugar que se había preparado para el colapso, el único sitio del planeta que estaría libre de pandemias y de succino. En aquel lugar, ubicado en un continente isla llamado en aquel tiempo, Australia, surgió la nación de Verdenz, el último hábitat que tenemos los humanos en la tierra, donde podemos vivir tranquilos, lejos del mundo hostil que hay allá afuera.
Hoy en día lo que hay en el mundo exterior, llamado también la zona infectada, no es más que un vago recuerdo de lo que hubo antes, pues succino dentro de sus múltiples propósitos, aceleró la evolución de las especies, por lo que criaturas transformadas y agresivas reinan en el mundo que dejamos atrás, haciendo de nuestro planeta un lugar inhabitable.
Sin embargo, la esperanza de que la humanidad pueda volver a expandirse aún vive. El evento de mañana es un acontecimiento anual que consiste en reclutar treinta exploradores de entre 18 y 22 años, estos son escogidos al azar para ser enviados a alguna parte de la zona infectada y determinar su habitabilidad, todo bajo la idea impuesta por nuestros gobernantes, los Siete Sabios, desde tiempos inmemorables: El explorador no se hace, el explorador nace. ¿Podrás tú ser nuestro salvador?”
Adam Idris tiene 22 años. Es un chico de la ciudad de Liziana, la ciudad más pobre de la última nación humana, Verdenz. Adam ha sido reclutado mediante el sorteo anual para explorar una letal zona infectada por tres meses, la zona de este año, es la isla Sri Lanka, al sur de la india. Entre sus compañeros de expedición se encuentran la hermosa Serena, una chica acaudalada de la capital que no tardará ser parte de un épico romance; el intrépido Acassia, quien proviene del poblado de Tirfel, donde viven las familias más ricas del país y los jóvenes son entrenados para ser reconocidos exploradores, todo por obtener honor y gloria, el cual se convertirá en poderoso aliado en la zona; y la muy hábil Sayra, una chica de actitud extraña y mentalmente perturbada. Ellos, y otros más, deberán luchar juntos para sobrevivir en esa isla mortífera.
La zona demuestra ser muy letal, y rápidamente el número de exploradores, 30 inicialmente, comienza a diezmar a causa de las mortíferas criaturas que habitan la isla. No obstante, la peor amenaza ha llegado con ellos desde su país, y es una bestia humana llamada Pyrro.
“-Al parecer no hay zonas seguras en este mundo –le digo reflexionando. Todas las expediciones han sido acompañadas con muertes y desgracias.
-Pero debemos seguir buscando –me dice él –. Si no se encuentra un lugar, los humanos estamos condenados a perecer.
-Después de tantas expediciones, tantos caídos. Pareciera ser que no hay esperanza. Todo en este plantea es tan agresivo.
-Pero no hay que perder la esperanza. Algún día daremos con un lugar apto para habitar, y poco a poco, confío que la humanidad volverá a expandirse. ”
Para comentar, hay que estar registrado