Descripción
“Permiso” dijo una voz nauseabunda que se elevaba sobre sus cabezas. Se corrieron y estrecharon. Vieron pasar una sombra tambaleándose. “Es-ta-mos-es-tor-ban-do” dijo uno de ellos “no-de-ja-mos-ca-mi-nar-a-la-gen-te”. “Ni-el-li-cor-a-no-so-tros” replicó otro. Todos rieron, y allí se quedaron. Sabían que si intentaban andar fracasarían.
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