Descripción
Había una vez unos hermanitos que era muy traviesos que les gustaba hacer muchas travesuras o bromas, Eli y Guille pasaban todo día junto, a veces se levanta muy temprano solamente para no hacer nada en casa y poder jugar todo el día. Pero su mamá casi siempre los pillaba porque ella sabía cómo eran sus hijos muy traviesos, sabían que sí se iban, no volverían hasta la tarde solamente para comer. Su mamá conocía bien a sus hijos, por eso cada vez que ellos querían salir sin hacer nada, ella les decía si no ayudaban, no habría comida o algo más. Ellos se enojaban cada vez que tenían que ayudar su madre cuando terminaban se iban a jugar. Mientras caminaban vieron a uno de los vecinos cortando algunos árboles, Eli se les ocurrió una idea esconder las tijeras, después se escondieron detrás de unos matorrales, solo reían ja, ja, ja porque él no la encontraba.
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