Sobre el estilo de un escritor se habla y se opina mucho, pero muchas veces no sabemos cómo mejorar el nuestro propio. Por eso destacamos a Luis Magrinyà y su Estilo rico, estilo pobre, una guía práctica, rigurosa y divertida sobre los buenos y malos usos del lenguaje. Hablamos un rato con él y nos contó cosas muy interesantes…
Antes de nada, Luis, ¿qué consejo darías a alguien que empieza a escribir y quiere encontrar su estilo propio? (A parte de leer tu libro, por supuesto).
Pues creo que le daría dos. El primero es que escribir es sobre todo una labor artesanal: se trabaja con la lengua, con las palabras; pensar un poquito en eso, tener conocimiento del material, del instrumento del que nos servimos. El segundo, ya más orientado a la búsqueda de un estilo personal, es pensar de dónde ha sacado uno las palabras, las expresiones, los usos lingüísticos que va eligiendo. Si piensas un poquito eso, te das cuenta de cuántas veces imitas inconscientemente el estilo de otros.
Estilo rico, estilo pobre… ¿Cómo se pasa de uno a otro?
Bueno, en este libro lo de «estilo rico» es irónico: se refiere a ese estilo hinchado y pretencioso que tantas veces confundimos con riqueza y expresividad. Lo de «estilo pobre» es literal: es cuando ni nos preocupamos de escribir bien y echamos mano de todo tipo de tics, formulismos, expresiones mil veces repetidas que a lo único a lo que conducen es a una prosa facilona.
¿Qué te lleva a escribir un libro de este tipo? En general, ¿nos expresamos mal?
El subtítulo del libro es «para expresarse y escribir mejor»: tal vez sea optimista, pero partimos de la idea de que ya lo hacemos «bien», no mal. El libro surge de una larga experiencia como lexicógrafo, editor, autor y lector: siempre me ha llamado la atención el esfuerzo que tantas veces ponemos en escribir y expresarnos bien, y sin embargo cómo, en busca de ese noble objetivo, tantas veces metemos la pata, normalmente por querer hacer más de lo que es realmente necesario.
La construcción de los personajes puede llegar a influenciar nuestro estilo: monólogos interiores, diálogos… Si, por ejemplo, nuestro protagonista es una persona con poco conocimiento de la lengua. ¿Dónde está la línea entre un estilo realista y uno pobre?
Bueno, por supuesto, si nos guiamos por la tradición costumbrista-realista, un personaje poco educado tendrá que hablar en los diálogos de una manera poco educada; si habla en algún dialecto, podemos intentar reproducir las caracteristicas de ese dialecto; etc. La sintaxis y la puntuación de un monólogo interior no tienen por qué ser las ortodoxas. Pero todo eso no tiene nada que ver con escribir bien o mal. Son técnicas narrativas o descriptivas que uno puede adoptar o no.
¿Cómo influye la revisión de nuestra historia o textos en la creación de un estilo?
Pues el momento de la corrección es seguramente el mejor para pensar en la lengua y en la expresión, sobre todo si eres un escritor de esos que «se dejan llevar». Yo, que no soy de ésos, aun así corrijo mucho lo que escribo.
¿Cuál es el error de estilo más común que has detectado?
Uno de ellos es la obsesión por cambiar el léxico de mayor frecuencia de uso: estar por permanecer, dar por proporcionar, hacer por realizar, tener por poseer, etc. La inmensa mayoría de las veces no es necesario, y muy a menudo resulta pomposo y ridículo.
Como escritor, ¿cómo atacas la hoja en blanco? ¿Algún truco que puedas compartir?
Jajaja, la ataco con desesperación. Creo que no hay truco para vencer eso. Solo empezar a llenarla. Y, si luego hay que borrarla, pues se borra.
¿Eres un autor de método o de inspiración?
Para empezar a escribir, necesito tenerlo todo más o menos pensado. No parto de ideas, temas o imágenes, sino de una historia, y hasta que no tengo la historia más o menos completa y estructurada, no puedo empezar. La historia digamos que se me ocurre por «inspiración»; todo lo demás es trabajo.
¿Qué es para ti una gran novela?
Uy, no sé, hay tantos modelos… Una gran novela para mí puede ser Rojo y negro de Stendhal, que está llena de caprichos e incongruencias, pero también puede serlo El retrato de una dama de Henry James, férreamente construida y ejecutada.
Completa la frase: me gusta escribir porque…
...francamente, creo que es lo que mejor se me da. Ya me gustaría a mí que lo que mejor se me diera fuera bailar o cantar.
Sobre el Autor
Luis Magrinyà nació en Palma de Mallorca en 1960 y vive en Madrid desde 1982. Estudió Filología Hispánica y fotografía. Ha sido traductor, trabajó nueve años en la Real Academia Española en el equipo de lexicógrafos de la 22ª edición del DRAE, y desde 1995 dirige varias colecciones -especialmente de clásicos universales- en Alba Editorial. Es autor de dos libros de cuentos, Los aéreos (Debate, 1993) y Belinda y el monstruo (Debate, 1995), de la novela Los dos Luises (Anagrama, Premio Herralde 2000), y de los libros Intrusos y huéspedes (Anagrama, 2005) y Habitación doble (Anagrama, 2010, Premio Ciudad de Barcelona y Premio Otras Voces, Otros Ámbitos). En 2011 apareció la recopilación de sus cuentos en un solo volumen bajo el título Cuentos de los 90 (Caballo de Troya).
Puedes encontrar a Luis en su cuenta de Twitter
Las opiniones de la comunidad (0)
Regístrate o haz logon para añadir un comentario.