Me gusta escribir

¡Escritoras y escritores! Me llamo Maite Cabeza, y soy coach en Palma de Mallorca. Así como es importante invertir esfuerzo y tiempo en publicar un libro, también lo es en cuidar otras áreas de la vida no relacionadas con la escritura. Igual que un atleta no puede entrenar 20 horas al día, un escritor necesita buscar nuevas fuentes de inspiración fuera de su proceso creativo. Es cierto que escribir requiere un esfuerzo que no es comparable a muchas otras actividades. Requiere concentración y lidiar con muchas y muy distintas emociones. Es por eso que es tan importante saber seleccionar a que dedicamos el tiempo restante a la redacción. Para seguir fuertes en el fascinante viaje de la escritura, os aconsejo algunas paradas esenciales para repostar y no quedaros sin gasolina.

COME, DÚCHATE Y COGE EL TELÉFONO

Cuando nos enfrascamos en un proyecto tendemos a poner toda nuestra atención y energía en ello, y con ello descuidamos otros aspectos importantes de nuestras vidas. Lo mismo nos ocurre cuando nos enamoramos, nos pasamos la mayor parte del día pensando en el ser amado. Con este artículo os animo a que no desatendáis lo demás, no dejéis de ducharos, de comer, de ir a trabajar, de ver a vuestros amigos o de disfrutar de vuestros hobbies. Cuando abandonamos nuestra vida por una causa tenemos el “peligro” de que ese “algo” deje en algún momento de estar presente, y cuando acaba o no sale como nosotros queremos, descubrimos que por el camino hemos dejado demasiadas cosas importantes y necesarias.

Los logros que conseguimos en la vida son importantes, nos hacen sentir bien, ganamos dinero, nos dan éxito, incluso mejoramos nuestras perspectivas de ligar. La vida nos parece más atractiva desde el podium. Las medallas son bonitas, son relucientes, quedan bien en las estanterías. Aunque como coach, os aconsejo que os centréis en la totalidad del proceso. Todo lo que ocurre mientras esperas ver tu libro publicado es lo que realmente te hace crecer.

EL BACKSTAGE DEL ESCRITOR, DETRÁS DE LAS BAMBALINAS

La vida es extraordinariamente rica y generosa. Cuando la vivimos en su totalidad, y no sólo en la obtención de logros, es asombrosa. Permanecer presentes y observar en detalle lo que ocurre a nuestro alrededor enriquece nuestra experiencia vital.

Más allá de terminar y de publicar vuestro libro, os muestro algunas de las múltiples e importantísimas ganancias que recibís durante el proceso creativo:

• Recuperaros de un mal día, de un mes en blanco, de la falta de originalidad. Superar estas situaciones tan traumáticas para los escritores hace que os convirtáis en mejores y más fuertes autores.
• Mejorar vuestra capacidad de organización, aprender a ser multitarea. Si además de ser escritores sois trabajadores, padres, madres, jefes etc. aprender a sacar tiempo para una vida tan variada hará que disfrutéis más de vuestra existencia. 
• Aprender de los demás. La humildad, es decir, la aceptación de que no lo sabéis todo, os engrandece como autores.
• Pasar tiempo con vosotros mismos, conoceros en profundidad, sentiros cómodos en la soledad. Escribir requiere muchas horas de aislamiento a las que no todos estáis acostumbrados. Lidiar con vuestros pensamientos y emociones durante espacios prolongados de tiempo mejora la relación y observación de vosotros mismos.
• Amaros cuando las cosas no salen como queréis. Es fácil amaros cuando ganáis una medalla, ahora bien, el verdadero aprendizaje se basa en amaros siempre, incluso cuando no conseguís los resultados que buscabais.
• Aprender a no agradar a todo el mundo, a lidiar con las críticas y con el fracaso. Cultivar el músculo de la autoestima os servirá en todos los ámbitos de vuestra vida.

Espero que esta ampliación de perspectiva os sirva para comprender, valorar y disfrutar mejor del proceso de escritura, y así amarla en su totalidad, no sólo en sus resultados.