Me gusta escribir

Escribir un libro es una experiencia extrema. Extrema en el sentido de que se mueve en orillas antagónicas, primero se navega en aguas solitarias, donde puedes pasar meses sin ver a otro ser humano, y al terminar el recorrido de la escritura cruzas a una orilla superpoblada donde tú eres el centro de atención. Por lo general nos sentimos más cómodos en una de las dos orillas, y ¿cómo podemos hacerlo para sentirnos como en casa allá donde el libro nos lleve? Me llamo Maite Cabeza, soy coach en Palma de Mallorca, y os invito a que rememos juntos en este artículo.

ESCRITORES TODOTERRENO

Ser escritor supone convivir con muchas personalidades al mismo tiempo: la persona solitaria delante del teclado, los varios personajes que moldea en sus manos y en su imaginación, el padre o la madre que está pendiente de sus hijos y de la casa, el profesional que se levanta cada día para trabajar, el hijo, el amigo, el luchador, la persona expuesta a las críticas y a los aplausos etc. Y para lidiar en todas estas plazas son necesarias grandes cualidades que el autor necesita cuidar para salir a flote en todas las situaciones: la paciencia, la observación, el amor, la humildad, el esfuerzo, la dedicación, la confianza, la comprensión.

NAVEGANDO ENTRE DOS AGUAS

El tránsito entre la soledad del proceso creativo a la exposición de la publicación de un libro puede ser tortuosa. Quien se maneja cómodamente en el silencio y la penumbra de la creación de la obra, suele sentirse abrumado por la los focos y el alboroto de la exposición de su trabajo. Esta transición es comparable a otros oficios creativos, el pintor que trabaja en su taller y que expone en una galería, el actor que prepara sus personajes y luego sube al escenario. Y por supuesto que no a todos los artistas les cuesta moverse entre estas dos orillas, los hay que lo hacen con soltura. Yo me dirijo a los que sufren, dudan, en esta transición.

Grandes escritores y excelentes artistas se han ahogado en este tránsito. Muchos escritores son duramente criticados por personas que creen que sus obras son menores, que no tienen derecho a estar donde están. Yo por el contrario creo que cualquier artista que consigue triunfar en su pasión merece ser considerado, ya que el arte no sólo se basa en el talento, también es necesario darlo a conocer. ¿De qué sirven todas la novelas inacabadas escondidas en un cajón, los poemas a medio hacer en el archivo del ordenador? Aquello que se crea lo hace por un motivo, éste puede ser el desahogo del autor, el regalo a un ser amado o la publicación para un público más amplio. Así que cuando una creación sale de la penumbra da sentido a su existencia. La valentía de los autores que publican, a pesar de las críticas, es lo suficientemente loable como para apreciar y considerar su capacidad.

TRUCOS PARA EL ESCRITOR VIAJERO

Todo proceso creativo tiene varias fases en las que el autor debe desarrollar diferentes virtudes.

FASE 1 La etapa creativa

En esta fase el escritor/a necesita centrarse en su ser creativo. Es el momento de adentrarse en las aguas de la imaginación, resistir los embates de las corrientes de las dudas y de los temporales de la soledad. Necesita cuidar su autoestima y fortalecer la resiliencia.

FASE 2 El camino a la publicación de un libro

Esta etapa es la más tortuosa para muchos autores. Muchas obras fantásticas se pierden en esta transición. Para esta fase la clave está en la confianza y en el amor:

• La confianza de la capacidad del escritor/a. Si has llegado hasta aquí es porque te lo mereces, procura no olvidarlo, no todos llegan, así que recuérdatelo.
• El amor hacía ti mismo, hacía tu obra. Pase lo que pase no existe nada tan grave como para que dejes de quererte. No hay obra tan horrible para que dañes a tu ser creativo.

FASE 3 Caminar en territorio publicado

Es tu momento de disfrute, ¡lo has conseguido! Y para que esta experiencia siga siendo dichosa céntrate en lo que está pasando, no pienses en lo que no está sucediendo. Fortalece esta experiencia con la gratitud y el gozo. Deja de lado las expectativas y celebra todo lo que te está ocurriendo.

En cada fase, en cada paso, creces como escritor/a, como persona. Céntrate en tu aprendizaje y ningún paso habrá sido en falso.