La inseguridad se aprende. Nacemos con todas las herramientas, dones, capacidades que más adelante añoramos tener. Pensadlo por un instante, ¿un bebé inseguro sería capaz de aprender a caminar, o de hablar, de relacionarse con otras personas? Para llegar a donde estamos ahora, hemos necesitado de grandes redes de seguridad para lograrlo. Tenemos más seguridad de la que creemos. Somos más capaces de lo que imaginamos ser. Y cuando somos conscientes de ello nada se nos resiste. Me llamo Maite Cabeza, y soy coach en Palma de Mallorca.
EL LENGUAJE DE LA INSEGURIDAD
La inseguridad se aprende cada vez que nos dicen, o nos decimos:
- “¡Cuidado!” Contad cuantas veces al día les decimos a los niños esta palabra. ¿Hay un peligro real en este momento? ¿O son nuestros propios temores los que estamos verbalizando?
- “¡Sé/Soy realista!” ¿Y cuál es exactamente la realidad? ¿La de la persona que teme el cambio o la de quien construye la vida que realmente quiere llevar?
- “Me contaron que a una conocida le paso que...” ¿Es que sólo existen historias con finales trágicos? Ponemos la atención en lo adverso, de esta forma corroboramos nuestra imagen negativa del mundo.
- “Pero...” Un “pero” es la negación del discurso anterior. “He estudiado mucho, pero...”, “estás muy guapo, pero...”. Procuremos eliminar los “peros” de nuestro vocabulario.
- “Por si...” Cuando tomamos una decisión y “nos curamos en salud” (podría escribir un libro entero con el trasfondo de las frases hechas). Es decir, cuando somos valientes y al segundo velamos esa valentía con inseguridad ¿por qué?
Estos son algunos ejemplos de los muchos que hay. Vosotros, que sois magos de las palabras y alquimistas del lenguaje, seguro que encontráis más ejemplos. Un buen ejercicio sería que cada vez que detectarais alguna de estas trampas del lenguaje en boca de vuestros personajes, analizarais el impacto que tiene en su historia. Es más fácil ver la realidad cuando está fuera de nosotros.
EL LENGUAJE COMO ARMA
Los escritores tenéis una vocación, tenéis una herramienta que puede ayudaros no solo a vosotros mismos, sino a más personas. Cada vez que escribís y os mostráis tal y como sois os rescatáis de la inseguridad. Cada vez que os abrís, a vuestros lectores les recordáis que ser uno mismo está bien y que ellos también pueden serlo.
Ser el ejemplo de lo que queremos ver en el mundo es la mejor manera de crear el lugar en el que queremos vivir. Si todos actuáramos como nos gustaría que otros lo hicieran, dejaríamos de pensar que este mundo se ha ido al carajo. En vez de estar pendientes de lo que hace el vecino, si cada uno de nosotros nos convirtiéramos en la humanidad que queremos vivir, tendríamos la solución a todos nuestros “problemas”. Y vosotros escritores que tenéis un altavoz por el que se os puede escuchar, alzadlo y proclamad con vuestras palabras y vuestros actos el mundo en el que queréis vivir.
EL LENGUAJE COMO FORMA DE SUPERACIÓN
¿Qué es lo que te impide alcanzar lo que te hace feliz? Imagínate que no existe esa traba, ¿cómo actuarías? Si no es posible obtener lo que quieres ahora mismo usa tu fantástica capacidad de imaginar, de visualizar y escribe tu mundo soñado, tu mundo feliz. No te pongas límites, sueña, piensa en grande, escribe en grande y tu entorno se convertirá en tu Shangri-La.
Cuando realmente conectamos con nosotros mismos la inseguridad se esfuma. Tenemos todo lo que necesitamos para crear una vida segura. Es verdad que existen peligros reales en el mundo y que debemos cuidarnos de ellos, aunque también generamos monstruos donde no los hay. ¿Cuáles son tus monstruos reales y cuáles los aprendidos?
Reescribe tu vida creando tu realidad soñada.
Alejandra Abraham✔️ - lunes, 15 de julio de 2019
Gracias por el aporte. Ánimos!
Siul Bustillos - martes, 26 de diciembre de 2017
Excelente! gracias por tus palabras ... justamente pensaba en ello desde hace días. ¡Como retienen las inseguridades! saludos.
Melani Abascal Mariscal - lunes, 17 de abril de 2017
Muchas, muchísimas gracias por el artículo
Maite Cabeza Coach - martes, 30 de agosto de 2016
Muchísimas gracias :)
Yolanda Del - miércoles, 29 de junio de 2016
Me ha encantado este post, muy Neville Goddard.