Descripción
El sofá del perro es una cafetería de moda en Valencia, donde Martina está preparándose para lo que será, la entrevista de trabajo más única que jamás haya nadie protagonizado.
Reflexiones varías en este relato para ver la vida desde diferentes ángulos y estímulos.
Dámaso Arzala - viernes, 3 de febrero de 2017
He leído tu relato y me ha parecido bastante interesante. La premisa resulta original e ingeniosa, además que la evolución de la historia está bien llevada y con buen ritmo. Me ha gustado además la forma en que el relato intercala la acción, es decir, lo que está pasando dentro de la historia, y los pensamientos de la protagonista, al mismo tiempo que se van describiendo los cambios que hay en su estado de ánimo. Sin embargo, quizá sería bueno enfatizar la diferencia entre ambos tonos para contrastar aún más lo que sucede dentro de la cabeza de la protagonista y lo que no (un buen recurso sería resaltar sus intervenciones mentales con cursivas, por ejemplo). Aún así, es un relato interesante y en el que me gustaría destacar la construcción de un ambiente desconcertante y angustioso. Bien hecho.
RE:
Maria Doménech - miércoles, 15 de febrero de 2017
Ha sido una sorpresa ver cómo alguien toma su tiempo para ayudar a otro a mejorar, como aficionada a la escritura no hay mejor regalo que los feedbacks, millones de gracias Dámaso. Me gusta, además, la aportación del contraste. Me gustaría hacerte una pregunta, ¿crees que el final debe tener una continuación o desvirtuaría el relato? Gracias de nuevo! ^^
RE: RE:
Dámaso Arzala - miércoles, 22 de febrero de 2017
Lamento no haber podido responderte antes, pero he estado algo ocupado en los últimos días. Sobre la pregunta que me haces, en mi opinión, creo que el relato está bien así, con el final abierto, porque al carecer de un cierre definido, o algo que pudiéramos llamar como tal, el lector puede interpretar libremente lo que suceda después (y no se dice), lo cual enriquece al relato, desde mi punto de vista. Aunque también hay una clase de lectores que no disfrutan con este tipo de finales precisamente porque dan la sensación de estar incompletos, de que algo hace falta. Yo te aconsejaría que medites sobre cual es tu intención con este relato. Si quieres generar un ambiente cargado de incertidumbre, y en el que el lector tenga que rellenar con su imaginación los huecos que faltan, déjalo así. Si por el contrario, quieres darle un final contundente, y crees que le hace falta algo para terminar de ilustrar el tema que querías abordar, entonces no dudes en agregarle una conclusión. Saludos.