Las terapias de shock puede dar sus resultados. Muchos queremos publicar un libro o una novela y no tenemos éxito. Desde megustaescribir, intentamos animar y aconsejar sobre todas las posibilidades que se abren ante un escritor con una novela acabada. Pero también debemos buscar qué errores cometemos para subsanarlos.
¿Hace tiempo que intentamos que nuestro libro vea la luz y no lo conseguimos? Leamos, pues, este artículo y miremos si cometemos algunos de estos lugares comunes. Al final, el primer paso para conseguir un objetivo es detectar nuestros puntos débiles y ponerles remedio. Así que, si aún no hemos publicado, quizá…
1. No tenemos paciencia
Tal y como dice la escritora Neus Arqués, ningún autor nace publicado. Conseguir que nuestro libro vea la luz es una carrera de fondo con mil obstáculos que salvar. Si bien es cierto que algunos autores lo han conseguido sin mucha dificultad, perpetuando el idílico tópico del escritor, la realidad es que hoy en día hay mucha competencia, mucho nivel y las editoriales están saturadas de manuscritos que no tienen tiempo de leer.
Por todo ello, hay que tener paciencia. Apostar por tu proyecto literario, moverte, no desesperarte, en definitiva, no tirar la toalla a la primera de cambio. Muchos autores han sufrido una gran odisea hasta llegar a ver su libro publicado. Uno de los ejemplos más clásicos es J.K. Rowling. Su saga de Harry Potter, auténticos best sellers, sufrió más de 20 negativas por parte de diferentes editores hasta que vio la luz. Si la escritora no hubiera tenido paciencia y perseverancia, hoy no estaríamos comentándola en este artículo.
2. No tenemos clara nuestra historia
Muchos damos por terminadas nuestras novelas sin hacernos muchas preguntas. Puede que en nuestra cabeza no existan dudas y que creamos que hemos plasmado nuestra idea a la perfección. Pero si nos preguntan “¿de qué va tu libro” y no sabemos explicarla tal y como la tenemos en nuestra cabeza, quizá no la tenemos tan clara, no es tan perfecta como nos pensábamos o debemos mejorar cómo la “vendemos” a los demás.
Así pues, analicemos de nuevo nuestra historia, busquemos sus puntos fuertes y flojos, mira cómo puedemos mejorarla y, sobretodo, revisemos y repasemos el texto hasta que esté perfecto. Muchas veces, a las editoriales llegan diamantes por pulir que pasan desapercibidos y a lo que no se les da una segunda oportunidad por falta de tiempo, por exceso de oferta, etc…
Por otro lado, si el problema no reside en el texto, puede que esté en nuestra forma de explicar nuestra historia. ¿Lo hacemos de forma atractiva? ¿Sabemos destacar aquellos puntos que llamaran a quién nos la podría comprar?
3. Tenemos miedo a exponernos
Un error muy común que repetimos muchos escritores es el miedo a exponernos. Si bien es cierto que el sólo hecho de escribir una historia supone desnudarse ante el lector, hoy en día ya no es suficiente. Debemos perder el miedo a contar de qué va nuestra novela, a comentarla, a compartir algún capítulo. Nunca sabemos quién puede escucharnos, quién tiene un amigo editor a quién le podría interesar nuestro, si el tema puede ser interesante para un autor en concreto…
4. No llamamos a las puertas adecuadas
Otro lugar común en el que caemos muchos y muchas consiste en creer que nuestra novela puede gustar a todo el mundo. Eso es muy complicado y muchas veces incierto. Debemos entender quién es nuestro lector y en qué tipo de editorial acostumbra a comprar. Ya hemos hablado de este tema, si llevamos nuestro libro de vampiros a una editorial de poesía, por bueno que sea, no lo van a comprar. Lo mismo pasa con los agentes literarios. Analicemos qué publican e invirtamos las energías y el tiempo en aquellas editoriales en las que realmente tengamos posibilidades.
Y usemos los contactos. Éste es un tema delicado. Debemos usar aquellos contactos que nos puedan facilitar el camino sin hacer spam, haciéndolos participes del proyecto y asegurándonos que los “molestamos” en el momento adecuado. Muchas veces, o abusamos de ellos (hasta que no son efectivos pues nos hemos vuelto pesados) o no los tenemos en cuenta por pudor o miedo. Seamos adultos, tengamos tacto y pidamos ayuda.
5. Nos da miedo autopublicar y apostar por nosotros mismos
Sería perfecto que una editorial nos publique sin tener que invertir ni un euro, dólar o cualquiera que sea la moneda que se use en nuestro país. Pero lo cierto es que eso es complejo y existe mucha competencia. Si realmente queremos que nuestro libro vea la luz, no debemos descartar esta opción.
Muchos autores han empezado autopublicando sus primeras obras (desde un jovencísimo Edgar Allan Poe hasta la autora de Cincuenta sombras de Grey, E.L. James, con todo un gran y ecléctico número de autores entre medio). Ésta apuesta inicial, que implica un desembolse de dinero, supone dos cosas: ver cumplido nuestro sueño, es decir, el de publicar un libro y, muy posiblemente, el inicio de una gran carrera literaria.
De hecho, Paulo Coehlo anunciaba que iba a autopublicar su nueva novela siendo consciente de que ganará mucho más dinero sin intermediarios. ¿Será una de las fórmulas del futuro? El tiempo dirá.
Dejemos el modo shock y positivicemos todos estos conceptos. ¿Queremos publicar? ¿Lo intentamos y no tenemos éxito? Tengamos paciencia, revisemos nuestra historia, expongámosla, pensemos a qué puertas vamos a llamar y, sino lo vemos claro, auotpubliquemos.
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